Ponemos una sartén con un chorro de aceite al fuego y, cuando esté caliente, doramos el diente de ajo laminado y la guindilla.
Cuando el diente de ajo esté dorado, añadimos las colas de gamba peladas, sazonamos al gusto, salteamos unos segundos y retiramos la sartén del fuego para que las gambas se terminen de cocinar con el calor residual.
Ponemos la base de pizza en una bandeja y repartimos un poco de puré de tomate por toda la superficie, dejando un margen de un dedo aproximadamente. Añadimos sobre la pizza un poco de orégano y repartimos la mozzarella rallada.
Repartimos las gambas, los mejillones, el pimiento cortado y las aceitunas por encima de la pizza.
Cocinamos la pizza en el horno a máxima potencia hasta que la mozzarella esté fundida y ligeramente dorada. Dependiendo del horno, tardará aproximadamente unos 7 minutos.