La técnica para cocer el marisco es muy sencilla, pero conviene que tengamos en cuenta algunos detalles para lograr que el resultado final sea espectacular. De entrada, debemos escoger un recipiente que sea lo bastante amplio para que el marisco

La técnica para cocer el marisco es muy sencilla, pero conviene que tengamos en cuenta algunos detalles para lograr que el resultado final sea espectacular.

De entrada, debemos escoger un recipiente que sea lo bastante amplio para que el marisco quepa holgadamente, quede bien cubierto de agua y se pueda cocer de forma uniforme. Si no tenemos una olla lo bastante grande y queremos preparar una gran cantidad de marisco, es preferible que lo hagamos en varias tandas.

A continuación, llenamos el recipiente con agua y le añadimos bastante sal. En general, se recomienda incorporar unos 50-60 gramos de sal por cada litro de agua. Si nos gusta que el marisco quede aromatizado, podemos introducir en el agua de cocción unas hojas de laurel, unos granos de pimienta o unos trozos de limón. De todos modos, el marisco queda delicioso al natural, sin ningún tipo de condimento. Así que, si queremos disfrutar de todo su sabor, utilizaremos simplemente agua con sal.

Cuando el agua hierva a borbotones, introducimos en la olla el producto sin descongelar. Automáticamente parará el hervor. Esperamos a que el agua rompa de nuevo a hervir y, a partir de ese momento, empezamos a contar el tiempo de cocción correspondiente al producto.  Según el tamaño del marisco o la variedad, tendremos que esperar más o menos. Por ejemplo, para disfrutar de unos langostinos vannamei en su punto bastará con un minuto de cocción, mientras que las cigalas tardarán un poco más.

Una vez finalizada la cocción, escurrimos el marisco y lo introducimos en un recipiente con agua y cubitos de hielo para cortar rápidamente la cocción. Lo dejamos reposar unos minutos en el agua, lo escurrimos y ya podemos disfrutar de nuestro delicioso marisco cocido.

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