Una breve historia de la pesca sobre cómo congelar el marisco que permite llevar a tu casa lo mejor del mar en perfecto estado

[ AUTOR: DAVID REMARTÍNEZ ]

Cuando los esquimales de Groenlandia o Alaska capturaban un pez o un marisco, lo colocaban entre bloques de hielo. Esa forma natural de conservar un alimento durante mucho tiempo manteniendo sus propiedades sigue siendo la más habitual en nuestros días para transportar, almacenar y comercializar lo que el mar provee, solo que lógicamente con la ayuda de una tecnología que incorporan los propios barcos. La historia de esos barcos se remonta un siglo y medio, y revela las vueltas que le hemos dado a la mejor forma de aprovechar cuanto caía en las redes y nasas. Estos son los principales hitos de esa historia.

–En 1858, Charles Tellier, un ingeniero francés que se había arruinado, inventó la primera máquina frigorífica usando gas de amoníaco licuado. En 1874 colocó su ingenio en un barco, al que bautizó “Frigorifique”, el primero de este tipo, que transportó carne refrigerada durante más de cien días entre Francia y Argentina.

–De forma paralela, el australiano Thomas Sutcliffe Mort participó en 1861 la patente para la primera máquina de fabricar hielo, cuyas investigaciones había patrocinado. El transporte frigorífico se fue extendiendo por todo el mundo poco a poco, y mejorando.

–En 1929, el empresario estadounidense Clarence Birdseye presentó el “congelamiento instantáneo”, después de haber descubierto que la congelación rápida de los alimentos los conservaba mejor y durante más tiempo. Según la leyenda, se inspiró en los indios de Terranova para desarrollar su invento. De esta forma se inició la congelación industrial de alimentos, que se trasladó también progresivamente a los barcos.

–En 1931 se descubre el freón y sale a la venta el primer frigorífico doméstico (a España no llega hasta 1952). La congelación, sin embargo, no se empieza a introducir en las casas del mundo hasta la década de los sesenta, cuando se ha generalizado ya el electrodoméstico y con la popularidad de las misiones espaciales, en las que los astronautas llevaban comida congelada.

–El primer buque arrastrero congelador se construyó en España en 1961, concretamente en Vigo, por Astilleros y Construcciones (Ascón). Se llamó “Lemos” e inauguró un nuevo tipo de flota que capturaba y congelaba en el barco, llevando la congelación instantánea hasta alta mar.

–En 1966 se constituye la sociedad Amador Suárez S.A., germen de la actual Grand Krust, que opera el buque congelador “Amasua”, lo que la convierte en una empresa pionera en el sector, actualmente una de las más importantes del mundo.

Amasua Krustagroup

–Se generalizan los buques congeladores con capacidad para congelar a diario decenas de toneladas de pescado. (Aquí tenéis un documental de aquella época). Desde 1961 a 1966, solo en España se contaron 132 barcos de este tipo.

–Los actuales buques congeladores incorporan maquinaria con eficiencia energética, así como diversos espacios para el procesado, conservación y almacenamiento del pescado y marisco congelado. Se realiza primero una ultracongelación, con un descenso muy rápido de la temperatura hasta 40 grados bajo cero (manteniendo así el pescado intacto), y luego se estabiliza a 18 grados bajo cero. De esa forma, el alimento llega al consumidor con todas sus vitaminas, minerales, proteínas y ácidos Omega 3 y Omega 6.

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