Jugosos y muy tiernos, las gambas y los langostinos cocidos nos permiten disfrutar del sabor del mar en estado puro. Son ideales para servir como aperitivo o para alegrar nuestras ensaladas. El procedimiento para hervir gambas y langostinos es muy

Jugosos y muy tiernos, las gambas y los langostinos cocidos nos permiten disfrutar del sabor del mar en estado puro. Son ideales para servir como aperitivo o para alegrar nuestras ensaladas.

El procedimiento para hervir gambas y langostinos es muy rápido y sencillo. De entrada, ponemos a hervir una olla con agua y abundante sal. En general, se recomienda añadir unos 50-60 gramos de sal por cada litro de agua. La cantidad de líquido variará en función de si vamos a preparar mucho o poco producto, pero es importante que sea abundante para que el marisco quede completamente cubierto y tenga espacio para cocerse de forma uniforme.

Cuando el agua empiece a hervir, introducimos el marisco sin descongelar. La temperatura del agua bajará bruscamente y se detendrá el hervor. Mantenemos el fuego al máximo y, cuando el agua hierva de nuevo, retiramos enseguida el marisco. Lo colamos y lo sumergimos rápidamente en un recipiente lleno de agua con hielo que habremos preparado previamente. Si vemos que el agua se calienta un poco, añadiremos más cubitos de hielo.

Pasados unos 15 minutos, colamos de nuevo el marisco y ya lo podemos servir. Si no lo vamos a utilizar de inmediato, lo guardaremos en la nevera en un recipiente cerrado herméticamente, en el que introduciremos un paño húmedo para que nuestras gambas o langostinos no se resequen.

Con un toque de sabor

Si nos gusta que el sabor marino de las gambas o langostinos se complemente con un toque aromático, podemos introducir en el agua de cocción algún condimento. Unas hojas de laurel, pimienta en grano, apio, cebolla, perejil, limón… Tenemos a nuestro alcance numerosas posibilidades en función de nuestros gustos o del plato en el que vayamos a utilizar el marisco cocido.

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